Pensamiento del atardecer
Nuestra vida es solitaria como un pensamiento del atardecer;
Apenas entró la luz
Apagamos los cigarrillos,
El mar dulce emergió hacia el oeste
Y volvimos a ser la nada
En el muelle sobre el otoño tardío.
Me basta ser nomás unas palabras
Gastadas sobre un cántaro viejo.
Recuerdo las parras y el limonero
De hace unos veinte años
Y el almendro testigo de las risas
Y de tantas otras cosas.
Está bien, debería conformarme
Con tener las piernas y poder hablar,
Haber leído a Borges o a Eliot,
Haber sido un poco de ceniza
En un cenicero sucio.
Está bien,
Pero ya veo cómo se van las tardes
Sin haber nada nuevo.
Con la tarde gris del trópico
Y la muerte que se levanta,
Arden las esclusas
Y soy yo el que se apaga.
Lentamente.
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