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DESDE MI BALCÓN. OLEO SOBRE LIENZO DE 46X38 CM |
DESDE MI BALCÓN
-Abriré las puertas del universo solo para ti-, me dijo y le adoré.
Ahora, sentada frente a él veo a un cerdo, engullendo como si no hubiera un mañana. ¡Cómo le odio Dios mío! Oportunamente, Vicente se atraganta con un trozo de carne. Le miro expectante y no le presto el más mínimo auxilio, ni maniobra de Heimlich, ni gaitas.
Veo cómo se pone morado y se lleva torpemente las manos a la garganta. Escucho su estertor. Disfruto del espectáculo mientras saboreo el asado. Apostaría que disfruto mucho más que él mismo cuando apretaba mi cuello hasta que me hacía perder el conocimiento. ¡Jódete cabrón! le digo en voz alta mientras mojo pan en la salsa…
Me asomo al balcón y veo iluminada en la noche la fuente de la Cibeles. Digna. Imponente en su carro, tan poderosa como yo. Amanece y respiro. Al anochecer ya lejos de aquí, la brisa del mar hará el resto blanqueando mi negrura, entonces estaré en paz.
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