miércoles, 22 de mayo de 2013

Ascensión Reyes (Cuento)-Chile/Mayo de 2013

LA ESTOCADA PERFECTA

            El jefe mira por la ventanilla que separa su reino de jerarquía, con aquel otro del “perraje”. Debe informarle a Pérez la decisión tomada por los superiores inmediatos. Su mente acusa la relación entre su cargo y la dura faena que le tocará cumplir. Se levanta pausadamente de su escritorio. Con el memorandum recibido entre los dedos, se asoma a la puerta. Su estoque de torero está pronto y afilado. La secretaria lo mira interrogante: - Señora Digna, informe a Ernesto Pérez que lo necesito en mi oficina en este momento.
            Vuelve a su asiento y espera, enfrascándose en el papel que está en sus manos. Unos golpes con los nudillos y un breve -¡Adelante!, tome asiento don Ernesto- Luego de una pausa, se acomoda en su sillón y prosigue.
            -Don Ernesto, su desempeño en esta empresa ha sido excelente. Un empleado ejemplar, meritorio por muchos años… Sin embargo, debo informarle que sus servicios cesarán a contar del día 31 de Agosto… Es decir hoy día… Ello se debe a razones de costo. La empresa prescindirá de todos aquellos empleados, cuyas rentas se hayan incrementado con los sucesivos I.P.C. de los últimos años.
            Ernesto Pérez, traga saliva, estira su cuello aprisionado por la odiosa corbata de todos los días y de su boca no sale ningún sonido. De pronto sus manos se aferran en el lado izquierdo de su pecho. La estocada fue limpia y casi sin dolor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ascención,

Pintaste muy bien un momento difícil para uno, horrible para el otro, pero en conjunto, terrible, y lo has desarrollado muy bien y con pocas palabras queda todo dicho.
Felicitaciones y saludos

Luis Siburu
luissiburu@hotmail.com