miércoles, 21 de diciembre de 2016

Sol Brissolesi, 15 años-Argentina/Diciembre de 2016



DICIEMBRE

Diciembre, el mes del año, donde miras hacia atrás, no para arrepentirte, sino para ver lo lejos que hemos llegado. En esa mirada hacia atrás nos damos cuenta de algo muy extraño: ¡Estoy aquí parado en medio de la nada, pensando en todo! Todo aquello que este año se llevó (besos, abrazos, lágrimas y risas). Solo quedan recuerdos y no puedo hablar con ellos. Es el mes del año donde nos toca "armar" la mesa grande, donde nos damos cuenta que sobran cada vez más platos. Pasan días y meses, y es en ese momento cuando nos damos cuenta que ya no es la misma mesa (Sobran platos, el mantel ya es otro, y el arbolito tiene algunas luces quemadas). De grandes todo es distinto, toda la familia unida en una mesa. Pero ¿De que sirve si durante los otros meses pelaron, se gritaron y mucho más?... En esa mesa larga, en donde estaban todos los tíos, primos, abuelos, padres y hermanos. De chicos, eramos tan felices, porque los platos no sobraban, el arbolito brillaba... ¡Todo era tan distinto!

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