jueves, 21 de noviembre de 2019

Edith Amieiro-Argentina/Noviembre de 2019


UN ARCO IRIS GLORIOSO
 
Me lloviznaban los ojos,
reclamo de la tristeza,
que me embargaba la vida
en días grises, sin fiesta.
El rojo de mi amapola
se transformaba en un sepia,
de pétalos quebradizos
de triste caída lenta.
Cuando me incliné angustiada,
sometida y tan maltrecha,
se desgranaron sonrisas
entre tus labios de freza.
Abrí muy grande los ojos
y en un rosario de estrellas,
deslicé rezos y ruegos
que me aliviaron la pena.
La noche, manto piadoso,
abrió pliegues de hechicera
y un arco iris glorioso,
se metió por mis arterias.
Al fin pude comprender,
hombre de maldad altanera,
y dando vuelta al destino
emprendí una etapa nueva

Tomado de Facebook

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