lunes, 17 de mayo de 2010

Seis microrrelatos de Santiago del Estero-Provincia de Santiago del Estero, Argentina/Mayo de 2010




IMAGINACION
(María Fabiana Calderari)

He extraviado mi imaginación.
Hay huellas convexas y enormes por todos lados, que conducen hacia la ventana del ático.
Temo que Dactilus, el dragón que habita fuera de la casa, haya aprovechado mi descuido.




UNA CONSECUENCIA DEL SILENCIO
(Claudio Rojo Cesca)


El hombre se había dedicado a coleccionar prosa de su autoría; escribía ficciones por las noches y nunca le había hablado a nadie de su pasión literaria: le avergonzaba ser alguien con placeres tan infantiles y rituales tan mínimos como la creación disfrazada de mentira. Cuando pasaron los años, leyó a los rusos y se volvió a enamorar de Homero; descubrió que el Quijote era una suerte de revelación. Por algún motivo, juzgó que sería oportuno darse a conocer a los demás como un escritor o un poeta. Se durmió, extasiado, imaginando la portada de su primer texto.
Al despertar de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.




SERÁ JUSTICIA
(María Pía Danielsen)

La propiedad inmueble sede del hogar conyugal se adjudica a la esposa y los hijos menores de edad. El vehículo utilitario al esposo. Se establece un amplio régimen de visitas. Le corresponde a la dignidad de ella el sesgo de la certera hoja de filo inclemente. El aburrimiento y la indiferencia al ego de él. A ambos un mar de olvidos, mareas de distancias y el fracaso vestido de humanidad.




A CONTRAMANO
(Luís María Rojas)

Una parte de él deseaba abofetearla, estrangularla y acuchillarla. Por suerte esa parte no eran sus manos y así, vivió feliz junto a ella, a contramano de sus deseos.



PETICIÓN CUMPLIDA
(Víctor Hugo Ledesma)

Era un escritor exquisito, su poesía enamoraba a sus lectores, que de a miles compraban su obra.
Sus detractores denunciaron que había realizado un pacto con el diablo, ofreciendo su alma por el éxito.
Sin paz y cansado por tanta exposición social, acomodó su mejor sillón frente a un gran espejo, se sentó, y comenzó a conversar.
-Se que deje el bien por el mal. Ya me canse de vivir de esta forma superficial. Ahora quiero ser nadie, salir de mi casa y que no me saluden, que no me conozcan.
Nunca más de supo del escritor, cuando allanaron su casa, llamo la atención de los detectives, un sillón frente a un espejo.


CINTURÓN DE CASTIDAD
(Antonio Cruz)

Cuando partió a las cruzadas, Sir Arthur entregó al abad la llave del cinturón de castidad de Lady Laura.
Su sorpresa fue mayúscula cuando, a pocas horas de dejar atrás su castillo, el abad, a galope furioso, alcanzó la columna de Sir Arthur para reclamarle que había dejado la llave equivocada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustaron todos vuestros cuentos, breves y buenos

Los saluda Josefina