domingo, 22 de junio de 2014

Nélida Vschebor/Buenos Aires, Argentina/Junio de 2014

HOLA



Hola Luisa:
            Voy a relatarte una experiencia que tuve ayer.
¿Recuerdas las clases con Miss Mary? Cuando comenzaba con un “once upon a time”…Bueno, esto no es “había una vez” sino lo que me ocurrió realmente.
            Caía la noche mientras salí al jardín. Acariciando  los pétalos  de las rosas, los pequeños brotes de jazmín, el electrizante violeta de la azalea, los pimpollos de azahar del limonero, me encontré en el medio de todos ellos. Y les hablé. Vos ya conoces mi manía de hablar con las plantas.
            Les conté que ya no las vería más. Que otra gente ocuparía mi lugar. Que otras manos cuidarían de ellos.
            Entonces, el aire se impregnó de perfume. Dirás que al anochecer las flores exhalan aroma. Sin embargo, te aseguro, que fue una respuesta.
            Entrando a casa, me volteé y abrí los brazos en un despido final. Fue en ese momento, que me pareció ver los pétalos inclinarse, cerrarse.
            Querida Luisa, no podía esperar a verte para contártelo.
Cariños.
Delia


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