domingo, 20 de septiembre de 2015

Abel Espil-Argentina/Septiembre de 2015

El tiempo

Me olvide el tiempo en una esquina de mi amada Bs, As. Un día lo fui a buscar y ya no estaba.
Alguien se había llevado mi tiempo. Desesperado recorrí todos los negocios de mi amada
Capital Federal. Nadie vendía: Tiempo. Una mañana de Abril, al salir de mi casa, paso un
cartonero. Lo detuve: Buen día buen hombre, usted sabe donde puedo comprar o encontrar mi
tiempo. Se sonrío, escupió al suelo y continúo su andar. Le grite: ¿Sr. mi tiempo dónde está?
Me lo he olvidado en una esquina. Detuvo su andar, miró para atrás y me dijo: Búscalo en una
tarde lluvia, en el cementerio de La Recoleta.



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