lunes, 20 de mayo de 2019

Alicia Scordomaglia-Argentina/Mayo de 2019


EL LOCO DEL RUBÍ
Un brillante trabajo

Lo vio en el escaparate. Un vestido único…
Enseguida sintió que un imán lo atraía con una extraña fuerza, hacia él.
Allí ,en el medio de la vitrina, de la tienda más lujosa de Manhattan, estaba la solución a sus problemas maritales…

Su mujer, se vería glamorosa, enfundada dentro de ese “envase” rojo furioso, con aquél “detalle” en el centro del corpiño…
Quedaría muda, ante tamaña demostración, y lo perdonaría.

No tenía dinero para comprarlo  y no era, precisamente, un hombre honesto…
Había perdido su trabajo hacía meses, y la desesperación, lo fue llevando por mal camino. 

Elaboró un plan, para hacerse con el preciado tesoro; pero entró en la cuenta de que necesitaría ayuda profesional para llevar a cabo el atraco…
Recordó a un viejo compañero de tropelías, con suficiente talento y coraje, para realizar “este tipo de trabajos”, virtudes de las que él carecía.
Al principio dudó…
Finalmente, tras días de inquietantes  elucubraciones, decidió contactarlo…


Aquella mañana, un alborotado grupo de curiosos vecinos y transeúntes, agitaba las aguas frente al negocio, mientras observaba atentamente, la minuciosa investigación de la policía.
Desde fuera, podía verse el ir y venir de los efectivos, tratando de encontrar pistas, para dar con el autor del hecho.… Se escuchaban los desesperados gritos del dueño…

-¡Qué lástima!- dijo una señora. Pensar que iba a estar en exhibición un par de semanas más, antes de enviarlo a Rusia…
-¡Sí!- contestó otra!- yo escuché que el diseñador quería que la gente pudiera verlo…Creo que era para la esposa del embajador argentino en ese país…Para una cena de gala que van a ofrecer, en ocasión de la visita  de su presidente … 


Rita, se lo probó; se miró al espejo, y esbozó una enorme sonrisa.
Sus ojos emitían una brillante luz, que empalidecía la que emanaba del rubí.
Ella, le regaló a su “hombre” un amoroso abrazo.
Había estado mirando las noticias, por la televisión local…


1 comentario:

Abel Espil dijo...

Me encanto.