lunes, 20 de mayo de 2019

Kiki Rojas/Mayo de 2019


MIS SOMBRAS

He abierto otra vez
Mi desventura
No intentes comprenderlo,
Hay razones de llantos en mis entrañas
Te ha rozado mi dardo descreído
Y al llegar hacia ti
Reabrió mi herida.
Las palabras se fueron de mi boca
Y albergaron su angustia
 en tus pupilas
¡Ni siquiera intentes detenerlas!
Fue un caballo de soplo desbocado,
Un ahogado braceando sus dolores.
Quise herirte
Buscándome un consuelo
Mis sombras a veces pesan tanto…
No intentes comprenderlo
Yo desciendo fortaleza a mis abismos
Y el descenso me fuerza a hacerte daño.
Salgo,
Porque es inútil gritar;
Porque la sangre no se agolpa en vano
Porque el silencio no inventó los ruidos
Y el alba crece sin dejar auroras.
Salgo,
Porque mis puños se golpean solos
Y tienen miedo de arrancar raíces
En esa angosta ligazón de asfalto.
Porque mi sangre no ha inventado un nombre
Que la transite sin quitarle rojo
Y no me detengo
Porque la pena no ha nacido nueva
Y aunque me cunda reventando soles
en hondos trazos desdibuje vida.
Porque en mi voz se desmenuza un trueno
Que sordo estalla contra mi oído.
Y salgo,
Desentrañando amaneceres roncos
con lentos pasos de gastada suela
porque mordiéndome, me consigo entera.

He llorado
Que hayas permitido
Que te viera a distancia,
Al verlo,
Te vi… y ya no eres.
Es perdido
El sabor de estar contigo,
Eres tú
A penas tú
Sin nada mío…
Vuelve en ti
Su sitio en cada cosa
Y en aquel sitio
No eres para mí.
He llorado
Que hayas permitido
Compararme con otros.
No trasciendes de ellos,
Te detienes, te quedas ahí
Apenas otro,
Apenas tú
Tan solo tú…
Y ya entre tantos.

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