LA CRIATURA Y LA CARICATURA
La pequeña Patricia, de ocho años, estaba tirada en el suelo, cuan larga era, dibujando con lápiz negro sobre una hoja blanca.
Mercedes, la chica que trabajaba de doméstica y hacía también de niñera la miraba desde lejos, mientras observaba el reloj con impaciencia porque ya había terminado su horario laboral.
Los rasgos del dibujo no eran muy nítidos, pero parecían aproximarse a dos rostros, uno de mujer y otro de hombre, ambos de mediana edad.
No tenían cuerpo, el dibujo terminaba en el cuello, la mujer con un pelo lacio que caía hacia los costados de la cabeza. El hombre era pelado, se remarcaban mucho las pestañas. Había algo idéntico entre los dos rostros: la boca marcaba un gesto adusto, casi como de enojo.
En ese momento llegó de su consultorio la Dra. María, madre de Patricia. Colgó el tapado en el perchero, se disculpó con Mercedes y le dijo que se vaya pronto que había problemas con el transporte.
Recién entonces se percató de Patricia tirada sobre el parquet.
-Hola mi amor…¿qué estás haciendo?
- Un dibujo…
-¿Me lo dejás mirar?...
-Todavía no lo terminé…
-Bueno, estoy muerta, no te beso porque si me agacho no me levanto, me voy a dar una ducha y luego preparo la cena, debe estar por llegar papá…
Patricia siguió dando los últimos retoques al dibujo que la tenía muy entretenida.
En eso llega Roberto, el padre. Cuando la ve en el piso le pega un grito…Nena ¿qué hacés en el suelo?...levantáte que ensuciás toda la ropa y mamá tiene que ponerse a lavar…
Roberto no la besó y ni siquiera reparó en qué estaba haciendo Patricia.
Patricia se levantó medio malhumorada y se fue a su cuarto.
El dibujo quedó sobre una silla.
Cenaron en silencio. Los padres parecían estar pensando en otra cosa y Patricia los miraba pero no atinaba a hablar.
Luego María y Roberto se sentaron en el sillón a mirar el noticiero de las 21hs. Patricia se fue a su cuarto, se puso el pijama y siguió leyendo el libro “Vivir jugando”, que le había prestado una compañera del colegio.
Cuando terminó el noticiero dijeron de irse a dormir y en ese momento vieron sobre la silla el dibujo de Patricia.
Les llamó la atención el parecido con ellos mismos. Pero lo que más les disgustó era que los había dibujado con cara de enojados… Me parece que Patricia tiene un problema, vamos a preguntarle….
Abrieron bruscamente la puerta del cuarto pero ya estaba a oscuras. Dejarían el tema para mañana.
Patricia sonrió. No estaba dormida aún. Por la forma que abrieron la puerta sus padres, se dio cuenta que su mensaje había llegado.
Se durmió pensando que no había mejor espejo que una caricatura.
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