VOCES UNIDAS DE NÁCAR
¡Como damas siempre vivas! hoy elegimos la igualdad,
y en ruego con la luna despertamos a la noche.
Ya no somos rehenes de huecos
ni el revivir del descarne que imperiosamente huele.
¡Nos elevamos de pie!
mientras evocamos cicatrices perpetuas color carne
que oxidan ciegan visiones vulnerables.
Cada día, respiramos inéditas despedidas cortantes
de sacrificios mudos impuestos por opacas amarguras.
Fantasmagóricamente ingresamos de rodillas
al recinto valiente de las empoderadas,
suprimiendo involuntarios exorcismos
en el pentagrama guerrero de las penas.
Por eso,
en unidad de voces, volveremos a rogarle a la luna
consagre racimos nuevos de gargantas de nácar,
que en búsqueda desesperada de Paz, comulguen
invictas la sororidad y justicia de un hermanado y merecido grito.
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