Dormía el sentimiento
El invierno trajo tibieza.
La luz armó su travesía
rodó por bordes de cuchara
despeñó granitos de arena
en las macetas.
La brisa se quiso quedar
ofreció dones de sacerdotisa
el malabarista del fuego
encendió la llamita.
El rumbo de la noche
alegró su vaivén.
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