LAS EDADES DEL RÍO 
                                  Como un río que nunca acaba de pasar 
                                                                   Vicente Aleixandre 
Desnaciéndose 
y volviendo a nacer 
como lengua transparente entre las piedras 
avanza el río paulatinamente 
abrazando el limite de la ribera, 
besando las raíces de los árboles, 
acariciando la tranquilidad. 
El río siempre está pasando, 
el río siempre vence al pensamiento. 
Cuando en su senda desnuda 
el río tropieza con la dureza, 
se viste de remolinos de espuma 
y bulle en revoluciones cristalinas 
y crece su corriente indescifrable 
invocando el órgano del mundo. 
El río siempre está pasando, 
el río siempre vence al pensamiento. 
En el espejo de las meditaciones 
que se encienden cuando el día se oculta 
yo me miro en el discurso del río 
en su impulso que busca un cauce nuevo, 
en su brillante y profunda canción, 
y creo estar en todas las edades, 
y creo ser todos los hombres, 
y toco la escalera de lo eterno. 
El río siempre está pasando, 
el río siempre vence al pensamiento. 
Como ángel de formas, su corriente 
da vida a cada parte del paisaje 
que en mi memoria ausente se ilumina 
y me modela con su movimiento 
puñiendo como una piedra mi tiempo, 
apenas tierra que ya se deshace 
sin su acento arrojado al transcurso. 
El tejido de luz del pensamiento 
florece en su sinuosa voz de sombra, 
y siembra en el espacio su medida. 
Ya ha estallado el encanto de mi sueño 
y los ojos que miran su reflejo alado 
son la misma forma que transcurre en mí. 

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