sábado, 21 de julio de 2018

Bichino Quintana/Julio de 2018


Mirando el Fuego

Impasible,
agita sus banderas,
en el rincón fuliginoso
de su extraño
mundo.
Juega a ser libre
y soberbio.
Me besa el rostro,
cual afiebrada
mujer.
Busca mi corazón,
late en mis sienes
con sus cabalgaduras
Incandescentes.
El fuego,
vive en mis ojos,
grita mi nombre.
Impávido
sucumbo a su
fastuosidad,
ha tomado por asalto,
mi asombro.
Renazco
en mis orígenes.
Recuerdo
una lóbrega cueva,
frotándome
las manos.

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