lunes, 18 de septiembre de 2023

Luis Tulio Siburu-Argentina/Septiembre 2023


 

"De la nada hice un imperio: el imperio de las ilusiones y los sueños"

 

Cuando jugaba con los soldaditos de plomo soñaba con tener un ejército a mi mando y voltear al caballo de Troya. Y si lo hacía con los autitos preparados con bujías y gomitas, me gustaba imaginar que ganaba la carrera de Buenos Aires a Caracas.

Cuando terminé la primaria le tenía miedo a las fórmulas matemáticas y químicas que me enfrentaría en la secundaria y esperaba con ansiedad que alguien me las explicara antes para no quedar como un ignorante.

Cuando terminé la secundaria me imaginaba que en cinco años, a lo sumo seis de universidad, estaría trabajando en una auditoría de prestigio.

Después aparece la realidad.

Cuando cursé el secundario, lo hice en una escuela militar. Jamás olvidé a un mayor Jorge Recio, que en nuestra despedida de la institución, nos dijo a todo el grupo de recibidos…” Muchos piensan despectivamente que el cuartel es un gallinero, donde los de arriba cagan a los de abajo. Quiero informarles que la vida de ustedes, desde acá hasta su muerte, será siempre un gallinero…”

Y tengo que reconocer que tuvo razón.

Así fue en las oficinas, en las plantas fabriles, en los negocios, en los emprendimientos privados, en los trámites, en la compra de bienes como inmuebles o automóviles, en los pagos de impuestos, en los precios.

Y sigue siendo aun en la jubilación, donde uno creía que comenzaba un bienestar general, al menos de la presión desde arriba. Estaba equivocado, cada vez cobro menos, porque el Estado gana menos por su ineficiencia y corrupción. 

El imperio de las ilusiones y los sueños tiene un corto recorrido. Llega con suerte hasta los veinte años. Después, rebuscátela. Seguí soñando con el imperio, eso es bueno para tu autoestima e impulso, pero no dejes de apoyar los pies sobre la tierra.

O escribí un libro, es lo más libre para hacer dentro del gallinero.

Hasta el día que salga de casa con los pies para adelante, me acordaré de las palabras del mayor Jorge Recio.

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