NUNCA ABRAS…
…los cajones de nadie, la intimidad de ninguno, la entrada a los secretos de cualquiera.
Podés encontrarte con lo que lo no querés ver, conocer, comprender.
Limitáte a vivir tu vida y respetar la de los demás. Cada cual es como es, como quizás vos no querés que sea pero el otro es así y así él lo quiere.
Nunca abras cajones.
Algunos guardan parte de su vida, que con suerte puede ser larga, y quizás haya retazos de ella que el otro pretende esconder allí, sin entrometidos.
No seas curioso cuando del mundo interno de un semejante se trata. Hay gente que no tira todo su pasado, guarda parte de él en algún cajón diferente al de la ropa interior o al de las medias o al de los pañuelos.
Y su propósito no es esconder, sino resguardar, proteger, sin renegar del presente ni dejar de disfrutar del mismo. No todos lo hacen. Apenas quienes tienen una sensibilidad especial o un tremendo respeto a los hechos vividos con anterioridad al presente.
Lo que está dentro del cajón es sagrado para él, aunque quizás para vos no represente nada, simplemente calmar tu curiosidad. No te elude a vos ni te deja de lado, simplemente él aísla lo que entiende es propio, tan propio como que seguramente los otros pueden no llegar a entender.
La próxima vez, si suponés que en ese cajón que no es tuyo hay algo que vos perdiste, pedí permiso o requerí que busquen lo que no sabés dónde está.
Y no tengas deseos morbosos de asomarte a la intimidad de alguien. Puede parecer divertido, hasta inocente, pero te darán una lección que te hará sentir muy mal.
Recordálo, puede que algún furioso te cierre el cajón con la mano adentro y en los dedos te quedará el recuerdo de todo lo que te dije.
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