MUJER
No esperes que ella camine
en las frías calles con su mascada sobre un hombro
o que golpee con sus tacones las silenciosas memorias
ni que refleje su imagen en las ventanas de las tiendas
porque su resplandor
es más fuerte que el sol
que calienta el hielo transformándolo en una vela, que toca la médula de la tierra]
rompiendo los mitos del invierno
que muere en los irises y aún,
resurge
para acoger la luz.
Una imagen que aparece en el brillo de las estrellas
y con ella el viento extiende su cabello
hacia un bosque donde los ciervos duermen
las marcas de sus pezuñas están impresas en la nieve
como la magia escondida en los rayos
esclavos del destino y de la problemática danza
hacia esa imagen
que dios mismo creó
santidad
en el reino de cada vivo aliento.
No esperes que ella se debilite
porque el dolor camina junto a su sangre
y la sangre junto al sentimiento de eternidad
como una deidad
de la fuerza que levanta a los dioses hasta ponerlos de pie
los ángeles, cada día,
entendiendo el silencio
de la vuelta de los siglos
porque la vida es más que lo que uno intenta
que camina a través de las puertas del arcoíris
y abre las puertas de la vida
¡a la sonrisa de una mujer!
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