Cuando maduren las uvas
No necesito caminar por la
orilla salobre
para calzar tus huellas,
sí están tatuadas en cada
gemido que la cábala como destino
te signó para mi piel.
Nos sobró la arena
Para bebernos el mar,
llenar de corales
mi húmeda desnudez,
sin hallarte.
Cómo descifrar ese código
en tus ojos
de encendida tarde,
cuando fijas tu mirada
en la mía.
A tientas en la penumbra
te busco,
como ciega, con locura
en este desvarío de ansias.
¿Qué se oculta tras
el temor de tu entrega?
¿Cuál tono de tu canto
no pudo alcanzar mi voz?
Cuando las golondrinas alcen vuelo
y hagan temblar mi viñedo,
caerán las maduras uvas.
¡Sin ambivalencias tomarás de mi vino!
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