lunes, 15 de marzo de 2010

Jacinto Amado-Buenos Aires, Argentina/Marzo de 2010


                                 De   la  amistad  (Notas)

A veces, una vida de meditación es incapaz de proporcionar un buen pensamiento a una expresión feliz. Sin embargo. Al imaginar o al hablar a un amigo, se encuentran con abundancia palabras  elegidas para revestirlos. Es la amistad el lenguaje del corazón. Es ternura y naturaleza. Es pena y placer. Es amor humano. Es fuego y pasión. Es llama interior. Es buena voluntad.
Cuando no estamos identificados, en cambio, o hablamos distintos lenguajes, todo se desvanece. El corazón se cierra y ya no se estremece!! Las confidencias del alma ya no fluyen!! Es deliciosa la sensación que producen dos almas en un solo pensamiento o sentimiento!! Me aparecen como irradiando sus formas. Late el corazón cuando se acercan!! Y como se sufre su alejamiento!!  Debemos serenarnos y reflexionar sobre la amistad. No debemos apresurar su encuentro. Corremos el riesgo de que la vulgaridad y la ignorancia se apropien de nuestro Dios!!  Si, porque el ideal de amistad surge de las entrañas mismas de nuestro ser. Debemos mistificarla, rodearla de afectos y amores. No romper el encanto. Sentir el fruto de su cultivo.
 Veo en el amigo y cuando conversamos, que sus palabras aun siendo las mismas, son mejores que las mías. De sus labios asoman más fluidas, más sabias. Por eso lo amo. Lo espero.  Porque sin llegar, me abraza, me consuela y me nutre con su savia, que es la del árbol viejo. Porque cuando él habla, yo me escucho.  Soy de suyo y él es mío Tenemos transparencia, sinceridad. Somos de una misma cuerda sensible.
 La sinceridad, en la que está inmersa la amistad es un lujo reservado a personas de muy alto rango, que pueden decir la verdad porque no tienen que halagar a nadie. No tienen compromiso con nadie.
 Las leyes de la amistad están concebidas para las almas grandes, eternas. Solo los  grandes espíritus se regocijan, funden y relacionan con ellas a otras leyes igualmente grandes como la naturaleza y la moral.   No sirve a la amistad, la delicadeza por la delicadeza misma. Compartir una mesa, un festín o las diversiones frívolas.  Sirven a este hermoso sentimiento, mas bien, los días serenos, los dones graciosos., la espontaneidad, la soledad. Sin bullicio. También sirve a ella la pobreza y las situaciones difíciles. La austeridad..
Últimamente imagino al amigo con la adoración de los amantes, que celebran sus encuentros siempre con sorpresa, con éxtasis renovado. Revalidando siempre sus amores. He sentido la necesidad de evocar al amigo. Desearía extenderme en otra oportunidad. Pero hoy quiero detenerme en una imagen. Si alguna vez el alma es tuviera segura de reunirse con su amigo en algún lugar del universo, estará alegre y contenta de permanecer en silencio y sola por miles de años.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jacinto, me gustó mucho tu escrito sobre la amistad,y la imagen está buenísima.

un beso Jóse

Anónimo dijo...

Hola Jacinto me gustó mucho lo que has escrito pues la amistad es un sentimiento mágico.

Un beso Dorina.