Desvestido de grises
Ya las olas del mar
no se acercan a bendecir mis pies.
Me quiebro, me vuelvo astillas
como viejo puerto que roe la ausencia.
Sigue cantando el gorrión
se asoma,vibra en azul
sobre mi madera de sándalo .
Mientras las gaviotas llevan sal
de regalo al solitario faro.
De a poco floto entre saltarinas
letras ,
para tan solo pescar un buen verso,
que me calce.
Que me escriba con tachones
este parto en luna nueva
Y me rehaga árbol, retama
dura madera de cedro
savia de vino dulce
Sí , y un velero que solo rompa las
olas,
que no se rasgue su tela
hasta aquel horizonte
desvestido de grises.
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