No preguntes al poeta
No preguntes al poeta
de dónde surge su voz
sonidos que en el camino exhaustos
se elevan libres.
Está dentro de versos que brotan
sangre para vivir el espacio
de una hoja en blanco, más allá
los días que le son concedidos
y los ojos perdidos en el encanto.
Su corazón se aferra límpido
a las nubes plomizas de cielos inmóviles
al tenue recuerdo de marrones hojas
otoñales, suspiros ligeros disueltos.
El tiempo lo arrastra vigoroso
hacia lo que fue su juventud
y el orden aparentemente tranquilo
de la vida presente, del peso incauto
de cada día vivido y perdido.
En las horas mudas, en los instantes mudos
de cadencias de retorcidas sílabas
frágiles hojas blandas
colgadas de una rama y a punto de caer.
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