miércoles, 22 de octubre de 2025

Gustavo M. Galliano-Argentina/Octubre 2025

ETERNOS 


Sentados en el sillón bengalí, 
frente al crepitante hogar a leños,
 ella me leía aquellos cuentos 
que yo imaginaba, 
durante las noches más oscuras.
Al finalizar, tome aquel libro de sus manos, 
y lo cerré suavemente.
Ella se quitó las gafas 
con una cadencia delicada, bellísima. 
La observé un instante eterno, 
luego le dije: 
'Sueño con besarte 
y que me correspondas".
Se sonrojó, mientras desviaba la mirada 
buscando alguna pueril excusa 
que no deseaba hallar. 
Luego volteó hacia ambos costados 
y pregunto: "¿En verdad estamos solos?"
Respondí cálidamente, le tome sus manos 
y la imaginé sonreír: 
"Solos, en verdad extremadamente solos. 
Cómo en todas nuestras vidas".
Nos acercamos, demasiado,  
hasta que los alientos se rozaron 
y casi fueron uno y ninguno. 
Nuestros labios cómplices 
se fusionaron como en diferentes siglos.
La noche dejó de cuestionarnos, 
discreta por cansancio, aunque no tanto.
Mientras el estilizado reloj oblongo de piso,
 abrazado en caoba y bronce, 
suspiró con una cadencia envidiable. 
Eternos.

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