martes, 20 de octubre de 2009

José Mario Castro-Bólivar, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Octubre de 2009



Perros


Los Perros de las veredas oscuras no revelan que no tenemos dónde ir. Ni cómo escapar. Los Perros de las veredas oscuras se alimentan con las lágrimas del aire. Sus enfermas dentelladas limitan con el infinito. Son vapores del infierno como boquetes en la inocencia de la noche. De la noche en la que nadamos los náufragos. Los Perros de las veredas oscuras nos revelan que jamás podremos regresar al vestigio de la piel. La última hendija del grito, no alcanza. Los Perros de las veredas oscuras nos inundan de bostezos el alma.

6 comentarios:

Mauricio D´Amico dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mauricio D´Amico dijo...
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Mauricio D´Amico dijo...

Perros, perros, perros... existe una canción.
Nos inundan de bostezos el alma... lejos de dormirnos aunque sea tentadora la oferta, también somos perros y tampoco nos entregamos.
Me gustó mucho José, un abrazo.

Anónimo dijo...

José: los últimos perros de la noche son un testimonio, pero también son una esperanza. Un abrazo de Laura Beatriz Chiesa.

Anónimo dijo...

gracias a todos, me alegro que les haya gustado ese poema.
un abrazo

Anónimo dijo...

Que muerda el esqueleto - que seremos -, el último que ladra, chinito. Me gustó mucho tu poemo, eh, felicitaciones.

abrazo y cuidate mucho (aplausos pala Gra con esa ilustración que puso :O)

Juanca.