viernes, 24 de junio de 2011

Graciela Wencelblat-Buenos Aires, Argentina/Junio de 2011

BÚSQUEDA

Descolgó toda la ropa

sacó los zapatos

limpio el polvo

pasó una franela con olor

a menta.

El ropero quedó vacío y fresco.

Pensó que tenía que hacer eso

con ella  

una prueba para acabar con esas grietas

esa triste  humedad de pensamientos

que se descubrían en su mirada.

No encontraba nido

Y todo  lo que sacó amontonado en el piso

se puso a temblar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Graciela,
Al leerlo se me puso la piel de gallina.Disculpá la poca imaginación del comentario pero es la realidad.Muy bueno.
Luis Tulio Siburu

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Graciela: muy linda imagen tiene este poema, capaz de "limpiar" el adentro, como un mueble . Un beso,

Anónimo dijo...

después qu e tomamos grandes decisiones,generalmente nos sentimos convulsionados.
me gustó mucho, saludos
Anahí Duzevich Bezoz