LA
ESTOCADA FINAL
La  voz hecha lanza
Del ser sin alma
Y con veneno en la sangre,
Deja moribundo el trino fiel
De natura cristalina,
Cuando la verdad late
Entre coros de trompetas
Bajo el azul del cielo
Sembrando luto
Y tétricos silencios
En el eufórico ser.
 Es cual dardo invencible 
Con ungüento mortal
Hiriendo de muerte
Al latir  imponente
De la realidad
Y acalla el brío real
De la fértil energía 
en su grácil ruta
de libertad.

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