miércoles, 19 de junio de 2024

Julio Carreras-Argentina/Junio 2024


 

Los Ulalos

 

Capítulo 1

 

         En el otoño de 1935 Garza iba tomando, paulatinamente, aspecto urbano, con esbozos de calles más o menos delimitadas, rústicamente trazadas, entre casitas similares, de ladrillo industrial y adobe; todas por detrás y alrededor de la imponente Casona de los Revainera. La cual se alzaba frente al Ferrocarril, separada de la Estación y las vías por unos 200 metros y una ancha acequia de riego. Dicha casona había sido -de algún modo lo continuaba siendo- el casco de la Estancia. Unas 20.000 hectáreas de campo donde, desde mediados del siglo XIX, se habían efectuado labores de producción agropecuaria, forestal, e incipientemente industrial a un comienzo -relacionadas más que nada con el autoabastecimiento para la poco numerosa población local. Luego, desde la década de 1880, con la llegada de los ferrocarriles ingleses -y de los ingleses-, se había convertido en la tímida “ciudad”, paulatinamente geometrizada, que describimos someramente al inicio.

         Alberto, con 32 años de edad, era el menor de los 11 hermanos Revainera, y manejaba ahora un coqueto Chevrolet De Luxe Roadster, ocre con techo gris, para dos personas, por la ruta hacia la capital, Santiago del Estero. A su lado, un amigo de toda la familia: Moisés Carol. De 25 años. Hijo del actual presidente del Tribunal Superior de Justicia de Santiago del Estero, la familia de Moisés era propietaria de otra gran estancia, entre los departamentos Salavina y Quebrachos, lindando, al Sur, con la provincia de Córdoba.

         Era el lunes 6 de mayo. La hora: aproximadamente las 9.00. A las 10 comenzaría, en la Casa de Gobierno, una reunión con la delegación alemana. Que había arribado en avión a la provincia, ese domingo por la tarde. 

         Moisés leyó en voz alta los nombres de los alemanes:

Carl Duisberg (s). Gerente general de IG Farbenindustrie & Bayer, de Leverkusen.

Hans Fritzsche. Journalist, Wehrmachtsoffizier, Leiter des Ministeriums für Volksaufklärung und Diffusion.

Oberstleutnant... -aquí Moisés vaciló un poco y Alberto rió- ...Erwin Rommel, Kommandant... 3er Batallón Jäger, de Goslar.

         -Tres alemanes...

         -¿Ni una mujer? - exclamó Alberto, simulando decepción.

         -Seguramente traen secretarias, o traductoras... no te preocupes... -contestó burlonamente su joven amigo, siguiéndole la corriente.

         Alberto Revainera actuaba entonces como presidente de la Sociedad Rural de Santiago del Estero. Pese a su juventud, los estancieros y medianos productores agropecuarios de la provincia habían confiado en sus dotes de negociador. También administraba los bienes de su familia. Culto y buen mozo, tocaba el piano con gran solvencia. Cualidades ambas que solían granjearle una rápida popularidad, en ámbitos aristocráticos –o incluso populares- de toda la región.

         Moisés, por el contrario, no era demasiado bien parecido. Nariz larga y ganchuda, escasos pelos rubios y lacios cayendo desordenadamente sobre una cabeza con signos de calvicie prematura, tendía, asimismo, más bien a la introversión. Aunque solía estallar en larguísimos y encendidos discursos cuando, durante algún excepcional convite, se abordaban conversaciones científicas, estéticas o esotéricas. 

         Hacia atrás comenzaron a decrecer las espesas cortinas de árboles y bosque tupido que los habían flanqueado desde su salida de Garza, a las 7:30 de la mañana. Estaban llegando a La Banda. Ciudad siamesa y liminar de Santiago.

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