viernes, 21 de junio de 2024

Rosana Rosado/Junio 2024


 

La copa de vino

 

Sentada frente a la chimenea

Me sirvo una copa de vino tinto al tiempo,

Afuera esta nevando, mi ropa de invierno calienta mi piel

Y el vino entibia mi sangre.

 

Me recargo en el taburete de cuero café,

Aquél en el que solías sentarte en la noche,

Aspiro el aroma de las uvas fermentadas  y sonrío,

Mi mente esta lúcida, pero sueña despierta.

 

Me encojo y me abrazo a mí misma,

Sirvo otra copa de vino, y una más,

Y así, con el calor de la leña y de mi sangre,

Imagino que estás a mi lado, abrazándome.

 

Y te quitas tu jersey de lana

El olor de tu perfume se suelta, impregnando el ambiente de su aroma,

Y me despojas poco a poco, con calma y sin prisa,

Del sueño, del frío y de la ropa.

 

Y así, nuestras pieles, nuestros cuerpos, entrelazados,

Apenas alumbrados con el resplandor del fuego,

Se agitan, se acaloran, se cansan,

Y exhalamos el último éxtasis en un suspiro.

 

Y el fuego se extingue, se apaga y la habitación se enfría,

La copa de cristal cae de mi mano, vacía, seca,

Pero mi mente está aún soñando contigo y conmigo,

Desnudos, abrazados, sin frío y sin prisa.

 

 

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