martes, 13 de abril de 2010

Raúl Fernández-Buenos Aires, Argentina/Abril de 2010


                 Escombros

                                                                          El largo camino arde hostil a los extraños.
                                                                          A ciegas erramos sin encontrar el lugar.
                                                                        
 “La puerta”       
Simone Weil.


El mundo es un lugar hostil para los extraños.
Lo intoxicamos con nuestra presencia.
Nada puede contener nuestro quebrantado espíritu.
No hay caminos ni ángeles
que nos conduzcan al paraíso.

¡Los destruimos hace tanto tiempo!

¿Qué será de nosotros
cuando solo quede un espacio vacío y sin luz?
¿Dónde nos cobijaremos hasta que algún Dios
se apiade de nuestras almas?

Vagamos sin rumbo
entre los despojos de nuestro infortunio
sin tener a  quien culpar.

Nos precipitamos al abismo
lejos de los campos y los jardines
que alguna vez soñamos.
Desde lo alto
el sol es testigo de la interminable escena.

¡Desde hace tanto tiempo!

Creamos nuestros dioses  
nuestros monstruos
nos convertimos en ellos.
De nada sirve arrepentirnos ante la noche.
Ella viene por nosotros  
          -por todos-

¿De qué sirve esperar un milagro
luego de tanta destrucción?
La oscuridad se abatirá sobre nosotros
cuando nuestros ojos cegados por el polvo
nos impida ver el mundo   
           -nuestro mundo-

                        entre los escombros que dejamos.

2 comentarios:

Graciela María dijo...

¿El mundo para nosotros o nosotros para el mundo? Qué difícil testear nuestro paso por aquí sin dejar escombros... Sólo sería posible, si amáramos y nos amáramos, entonces el paso tendría sentida (a pesar de los escombros)
Felicitaciones...

http://webs.uolsinectis.com.ar/vida-reflexion

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Raúl: gran verdad Amigo. La inconciencia perdura y seguimos fabricando escombros. Un abrazo,