jueves, 11 de agosto de 2011

Ofelia Capodacqua-Buenos Aires, Argentina/Julio de 2011, soporte papel

De cristal

            Estaba recostada, melancólica, mi cama se quejaba, sentí entonces un relincho bajo mi ventana, bajé las escaleras rápidamente, un Joviano con sus patas delanteras, me llamaba… al acercarme, acaricié su cuello, el animal, muy dulce, me habló: Oye damita, ¿no me acompañas?, iremos a ver a tu príncipe-dijo.
            La mañana iluminaba la gramilla y el sendero entre pinos y magnolias. Era una zona casi extraterrestre.
            Paremos aquí, dijo mi amigo, una luz rojiza apareció a lo lejos, una mano rozó mi frente. No llores, tus lágrimas me duelen… siempre estaré contigo, quiero verte serena. La imagen se alejó. El potrillo repitió: es tu amado, quiere que seas feliz, y yo también, amiguita, abrázame.
            Cabalgamos. Entramos al bosque, un árbol casi dorado, de cristal, movía sus hojas. Me decía: un día vive, otro llora recuerdos buenos, luego piensa que la vida es de cristal, a cada paso habrá campanitas, según sea el momento. Entonces sentí una lamida en el pómulo.
            Se despedía al trote, el compañero.


Ser

Me complican
quiero ser sencilla
Me quiebro en lo alto
           
            Tu intenso fuego
            con armas intrincadas
            asoman en tus ojos
            No alcanzo a comprender

                        Ágil cuerda
                        eso quiero ser
                        como en la copa
                        es la gota del borde

Un hilo fuerte,
que no se quiebre
Sauce que el vendaval
no lo desplome





Contemplo

Crepúsculo te contemplo
descubro  día a día
el ala de un ángel
frente a mi anochecimiento.

                        Llega la noche
                        en el rincón más profundo
                        se asoman recuerdos
                        júbilo de juventud.

Cantos, alegrías fugaces
como si nacieran rosas
en blanco vacío
melodías secretas.

                        Alzo los ojos
                        veo la luna
                        tal vez en ese instante
                        recuerden a un poeta.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Ofelia muy lindo el relato y tus poemas!!!!!

beso Josefina