martes, 23 de agosto de 2011

Carolina Di Perna-Buenos Aires, Argentina/Agosto de 2011

Embriagar la cabeza, saca afuera la embriaguez espiritual
Y ahora la ventana del alma ya no son los ojos, sino las palabras…

Entonces te digo todo.
Y lo crees.
Y lo creo.
Jugando al juego de los poetas,
voy diciendo la palabras más bonitas esta noche
Y se irán con el aire fresco de la mañana…

-¡Engaños maravillosos!-
Vamos a cobijarnos en ellos
(hace frío)

Vamos a reírnos de la Muerte
¡Cómo algo tan bello puede acabar con nuestros sueños!
¡Cómo algo tan bello puede espantar tanto!

Vamos a reírnos

Tapémonos con mantas rojas,
suaves como capullos
Aún no se sabe quién saldrá herido.
No importa

Vamos a reírnos

Tú me cuidas, yo te cuido.
Es mentira.
Tú me miras y te miro
Es mentira?

Se puede medir el grado de soledad de almas
Por cuánto eres capaz de hacer por mí…
Por cuánto no haces por ti

Miénteme otra vez, cariño
Miente, dulce como la miel.

Y nos llenamos la boca de palabras y el cuerpo de placeres

Jugando al juego de los poetas
¡Es tanto lo que llevamos dentro,
pero tanto…!

Vamos a vestirnos de seda
Ahora
para dar un paseo por la luna.

Engañemos los sentidos con palabras
Engañémoslos con miradas
Con tú y yo
Horas malditas,
Implacables.

Reloj
Tic-toc-tic-toc

Rayos de sol
Se cuelan insolentes,
Sin invitación…

Ya no luna,
ya no sueños.
Hace frío, los ojos rotos,
los cuerpos vacíos.

Dónde está mi abrigo?
Dónde está mi alma?
Dios!
Se habrá ido?


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