CASI SIN HACER RUIDO
El pétalo rosado cayó sobre la gramilla casi
sin hacer ruido.
Él no lo pudo oír. Pero lo vio. Porque primero cayó
sobre su anillo. Justo en ese momento había bajado los ojos mirando sus manos apoyadas
sobre las piernas cruzadas. Prestaba atención a las palabras de ella. Quizás,
si hubiese sabido de antemano que el pétalo iba a caer sobre sus dedos, lo
hubiera oído seguramente.
Esa tarde sus sentidos estaban más despiertos que de costumbre. La
tranquilidad se había instalada en su ánimo, dispuesto a que ningún motivo lo
alterara.
Ella trataba de justificar algo que no tenía
justificación. No paraba de hablar, buscando la frase que minimizara el engaño.
Él, tan solo la escuchaba.
Enfrascada en su relato, cada vez hacía menos
creíble la explicación.
Una leve
brisa en ese atardecer de verano, agitó el rosal y más alitas de rosas cayeron
sobre ellos.
Pero ya no eran solo rosados. La brisa leve se
intensificó. Los rosales vecinos también hicieron su colaboración a la caída y,
mezclando sus colores, los fueron esparciendo sobre la pareja. Blancos,
amarillos, rojos…
A ella le vino a la mente el instante en que habían
entrado al salón y una lluvia de pétalos cayó sobre ellos en medio de la música
y los aplausos.
Cuando recordó ese momento no pudo seguir
hablando.
Él, con
algo de dificultad, se quitó el anillo del
dedo de la mano izquierda.
Lo depositó sobre la falda de ella.
Y se alejó por el camino que bordeaba los
rosales, sin pronunciar palabra.
5 comentarios:
ES UNA JOYA LITERARIA.
SIGUE EN ESE CAMINO, YA AS TRIUNFADO. UN ADMIRADOR OBSECUENTE.
Juan Bal
Marta: Me encantó. Bien en tu estilo. Creo que ya te dije que estás en la lista de mis escritores vivos preferidos. Un abrazo desde Miramar. Marcos.
¡Que maravillosas cosas que escribis, Martita! Reitero: ¡Me encantó! Y quiero más.
Amiga, tus relatos se convierten en poemas.
En bellos poemas que son relatos.
Lentamente-observo-entregas en tus escritos lo que tu sensibilidad --presupongo por miedo--necesita florecer en escritos.
Amiga...dale libertad.
Abel Espil
Marta, siempre bello y profundo todo lo que escribís..... ¡¡¡Felicitaciones!!! Olgui.
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