viernes, 20 de junio de 2025

Luis Tulio Siburu-Argentina/Junio 2025


 EL LANZADOR DE CUCHILLOS 

 
El dúo Cuchillo Veloz era la atracción principal del circo La Carpa Roja.
Lo integraban Beto y su esposa Yaya. Dos apasionados del riesgo y separados por la edad y la belleza. Lucho le llevaba veinte años y Yaya estaba divina. El conjunto ideal para deleitar a los espectadores de tirar cuchillos con serenidad y maestría por parte de uno y recibirlos con coraje y confianza por parte de la otra. En cada función eran despedidos con nutridos aplausos y luego paseaban de la mano por los alrededores del circo disfrutando de su amor.
Pero un día llegó un nuevo domador de leones. Un ruso rubio y musculoso que hacía rotar la vista a las féminas circenses.
Yaya no fue la excepción. Seguía acostándose con Beto pero cada noche que él amagaba, a ella le dolía la cabeza.
Beto comenzó a sospechar. Una tarde se fue a caminar solo entre los carromatos y al pasar junto al del domador escuchó unos gemidos muy parecidos a los que conocía de Yaya.
No dudó ni un momento y comenzó a urdir un plan.
El domingo siguiente era un aniversario del circo, había entradas a mitad de precio y seguramente una multitud estaría presente. Buena ocasión para montar un show de campanillas.
Cuando llegó el momento de la actuación de Cuchillo Veloz, Beto respiró hondo y arrojó el cuchillo con precisión. Yaya sonreía aun cuando sintió que algo penetraba en su garganta. La multitud estalló en un ¡¡Ohhh!!. La justicia lo consideró un accidente de trabajo.
Días después, Beto se encontró con el ruso, que paseaba a un pequeño leoncito. Lo notó preocupado. Le preguntó qué le pasaba. Dijo que se tenía que llevar al cachorrito al carromato con él y que el animalito lloraba continuamente.
A Beto le pareció que el llorisqueo del leoncito se parecía mucho a los gemidos de Yaya. Fatal equivocación. Qué estúpido había sido. Fue hasta donde guardaba el cuchillo más afilado y se lo introdujo en el vientre.



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