jueves, 19 de junio de 2025

Marisol Ojeda Rosado-Puerto Rico/Junio 2025

Imagen enviada por la autora del poema

 

Donde cruje mi espalda

Anoche
volví a ser volcán.
Y él,
mi lava despierta.

Llegó con esas ganas
que no se esconden,
con los ojos puestos
entre mi ombligo
y mi gemido.

Me miró
como quien duda
si beber o poseer,
si bajarse al cielo
o empujarlo dentro.

Yo ya estaba
lista,
derretida,
sin nombre,
con estrellas
pegadas a la piel
como lentejuelas calientes.

Whiskey en mano,
yo temblaba.
Y él,
animal con corbata,
me tiró al universo
con una sola embestida.

Mi espalda
crujió
como si su lengua
abriera grietas
entre vértebras,
como si mis huesos
suplicaran
otra vez,
otra vez,
más.

Yo no pedí ternura.
Pedí carne,
hambre,
sudor,
y que el amor doliera
como un grito
sin eco.

Y eso hizo.
Y al final,
no hubo palabra.
Sólo su cuerpo
pesando sobre el mío,
temblando,
suelto,
derramado,
como si se hubiera roto
por dentro
y yo fuera el suelo
donde se dejó caer.

No hay comentarios: