Hoy el mar está en calma
ya pasaron las olas tan bravías
pero el amor está intacto,
le doy gracias al destino
que estés a mi lado.
Amada mía
Ven, dejemos que florezcan los espíritus
que crezcan cual gigantes
al igual que los cedros del líbano
y de su copa.
Miremos siempre juntos
el destino.
ya pasaron las olas tan bravías
pero el amor está intacto,
le doy gracias al destino
que estés a mi lado.
Amada mía
Ven, dejemos que florezcan los espíritus
que crezcan cual gigantes
al igual que los cedros del líbano
y de su copa.
Miremos siempre juntos
el destino.
1 comentario:
muy bello poema Eduardo!!!
muy tierno
Saludos Josefina
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