martes, 20 de julio de 2010

Ester García-Buenos Aires, Argentina/Julio de 2010


El amor entre hermanos


El amor, qué palabra, tengo que buscar su real significado en el diccionario.
De niña eran papá y mamá en ese orden, después el sueño romántico del alma gemela, que si pasó por mi vida no supe reconocerla.
Ahora es el infinito amor a mis hijos y el arrobamiento que siento por mis nietos.
Pero hay un amor que no se movió mi un poquito y que me acompañará siempre; es
El amor a mis hermanos. Puedo hablar horas y horas de ellos. Todos mayores que yo,
El que siento vivo en mi corazón es Tomás, el sabía que había algo que nos unía
Desde siempre, los dos adorábamos a mamá, Caty su esposa también  fue parte y es así
Que los tres sin grandes conversaciones ni acuerdos nos unimos en el mas sincero de los amores. Compartimos muchas cosas y cuando necesite una mano, encontré dos pares de manos llenas de amor.
Ellos vivían en la casa de los viejos y allí se había detenido el tiempo siempre estaba la puerta abierta, el vaso de vino y el plato de comida.
Pero la vida no se compra es un préstamo!
Un día mi hermano se enfermó, fue muy amargo. Ni Caty ni yo podíamos
Entender, el siempre tan alegre nos miraba mientras aseguraba que no quería hacer sufrir a ninguno.
Fue así que aquél domingo de Noviembre, estábamos en la amada casa, se levantó y con las pocas fuerzas que le quedaban puso su cabeza en mi pecho, sentí que mis brazos se transformaban en nido... y sin decirnos una palabra nos despedimos. 
Luego nos abrazamos los tres.
Los días siguientes los borré de mi memoria.
 Nos prometimos vivir juntas, pero no quiso dejarlo solo.. Se fue a  acompañarlo
En la más sincera historia de amor.
Ellos saben que viven en mi corazón.

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