martes, 21 de abril de 2015

Nina Pedrini-Argentina/Abril de 2015



Canelones a la Rossini

Cada vez que suena el timbre del teléfono, alguien se alarma, el corazón comienza a acelerar su ritmo. Los dos o tres pasos que distan del aparato parecen miles de kilómetros. Las fantasías nefastas se hacen dueñas del pensamiento de quien ha sido designado por el destino, la mala suerte, la carencia de imágenes alentadoras, alegres, la esperanza de buenas noticias.
Levantar el auricular, pronunciar las palabras que lo pondrá en contacto con la incógnita. En un instante fugaz, como todos los instantes de nuestra vida, se develará lo desconocido, desaparecerá la zozobra, retornará la lucidez.
¡Hola! ¿Quién? ¡Sí! ¡Hable! Tales expresiones cambiarán el mundo. Quizás se confirmen las inquietudes que desató el sonido agudo, insistente, irritante. Tal vez surja una voz desconocida que felicitará alegremente al receptor del llamado. Éste se sentirá: ¿aliviado? ¿sorprendido? ¿Disgustado?
por haberle provocado tanta inquietud.¿ Molesto por interrumpir la tarea que estaba realizando?
Es posible que se tratara de una ama de casa, concentrada en la preparación de salsa blanca. Es sabido que, hasta que se observe que ha tomado consistencia cremosa no debe dejar de dibujar círculos en la preparación hasta lograr el punto exacto. Y, justo en ese momento, suena el teléfono! ¿Qué hacer? ¿Apagar la cocina? No. Se malograría la salsa blanca. ¿Dejar que entre el contestador? ¿Y si es alguien con una noticia importante? Otra vez los malos pensamientos. Bueno, la hacendosa dama decide finalizar su cometido culinario. -.Que deje mensaje en el contestador-.
 Los canelones a la Rossini fueron festejados por los comensales.¡Exquisitos!
-. Cuando estaba preparando la salsa blanca, sonó el teléfono. Pensé lo peor-. Comentó la anfitriona.
-.Al levantar el mensaje-. Prosiguió, escuché una voz femenina, joven, que, muy contenta me felicitaba por haber ganado….no sé qué.
Los comedores de canelones (a la Rossini) aplaudieron y reiteraron las felicitaciones por la acertada elección de la cocinera.

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