sábado, 21 de mayo de 2016

Agustín Rojas-Chile/Mayo de 2016



DOÑA CHILITA Y SUS HERMANOS


                                                                           “No hay peor cuña
                                                                                      que la del mismo palo”
           
            Una historia acerca de cualquier familia que puede ocurrir en cualquier lugar del mundo.
Doña Chilita era una dama de origen español avecindada desde pequeña en esta tierra, donde creció y formó una familia unida, pero con un pasar no tan bueno como el de sus parientes del norte. Sus hijos crecían sanos y robustos. Sin embargo, de la salud y bienestar de Doña Chilita, se preocupan solamente sus hermanos Democratina y Polidoro.
Los hijos de Doña Chilita: Egidormio, Arcanio y Avianco eran trabajadores y desinteresados, procurando que sus familias y los parientes de ellas no sufrieran carencias. Pero permanecían en pugna con unos vecinos que en forma permanente insistían en apropiarse de sus pertenencias.
Los hijos de Doña Democratina, en cambio se preocupan del bienestar de Doña Chilita, rezaban y encendían velas a los Santos, celebraban misa todos los domingos y fiestas de guardar, en gratitud, por la salud de tan santa señora. Comían bien, a costa de los hijos de Chilita y se veían de buena salud.

            En cambio, los hijos de su hermano Polidoro, eran rosqueros, envidiosos, traicioneros y chaqueteros. Cuando algún hijo de Doña Chilita pretendía alcanzar un puesto dentro del grupo familiar, era reprimido, tanto que un día se apropiaron de los bienes de Doña Chilita, queriendo someter a sus hijos, a su entera voluntad.
Los hijos de Doña Democratina, rezaban para que estos malvados no sepultaran a quién los alimentaba, es decir, a la señora Chilita. Fue tanto el descaro de los hijos de Polidoro que junto a los de una vecina, la negra caribeña y aleonados por la familia de la Rucia Tina, atacaron a golpes a Doña Chilita. La mujer casi agonizante, le pidió a su hermana Democratina que, por favor, la ayudara en este trance. El hijo mayor de la mujer, al ver que era sobrepasado por la maldad de sus primos, y no teniendo fuerzas para socorrer a su tía, fue a solicitar a los hijos de Chilita, se impusieran en defensa de su madre. Extrañamente éstos se negaron, les dijeron que la responsabilidad de la salud de su madre, era de sus tíos, porque siempre había sido así.
El sobrino, muy molesto se retiró. Fue a su oficina redactó una carta para la familia, en la cuál hizo presente que las actitudes de algunos de sus primos, acabarían con la vida de Chilita. Hecho ésto y de acuerdo a los acontecimientos, hizo saber que retiraba su  responsabilidad del caso.
En vista de tanta calamidad, y viendo el desastroso estado de salud de la madre que amenazaba su fin, y ante la insistencia de sus primos, los hijos de Chilita: Egidormio, Arcanio y Avianco apoyados por un primo llamado Carasito, atacaron a los hijos de Polidoro, aterrados huyeron y se refugiaron en casa de la negra caribeña y en la de la Rucia Tina.

Así fue que Doña Chilita se vio libre de aquellos parientes que la dejaron al borde de la muerte y gracias a la protección de sus hijos, poco a poco se fue recuperando. Éstos volvieron a sus hogares una vez que dejaron a su madre rebosante de salud y bienesta

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