Amanecer con la panza mordida de vacío
Amanecer con la panza mordida
de vacío,
pensando en el indescriptible
sabor de un tamal
¿hace cuánto ni un tinto
y el humo apagado de una
colilla de marlboro?
La nevera, la alacena,
abastecida de arena y tierra
se consiguen disipar en el
intento propio de la especie
La nada busca
nada encuentra
y debajo de su puerta ejércitos
de cuentas
a la espera de su portador
Se sonríe y su cabeza rasca
intentando conjurar una idea,
la solución expresa,
definitiva a los tormentos
materiales
de su condición de hombre
responsable
Se rasca, se sonríe, pega un
salto,
se acurruca, toma el diario
y relame las marcas de trabajos
rechazados
Ha ejercido por mucho tiempo y
con dignidad
la excelente labor de
desempleado
Qué más importa en el mundo del
deja vu,
qué importa en el trance de la
ciudad incierta,
Obligada,
Manipuladora
Qué importa
Abre la ventana,
Respira hondo la inmundicia
-Día duro, pero sin miedo-
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