Despierto
los ojos chinos
la cortina negra que oscurece el cuarto
escucho voces que parecen entrar por la luz que filtra un agujero en la tela.
"Te amo", gritan, afuera.
Alguien que se aleja, contesta "yo más".
"No"..."Yo", vuelve a la carga la primera voz.
Y así, dos o tres veces, hasta el silencio.
Miro la almohada que tengo abrazada, le sonrío boca abajo y le digo, "yo más".
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