Lo negro
Me ocultó ese negro
que separa tu lengua del paladar.
Y me masticaron tus palabras.
Le regalé al tiempo tus fotos.
Él supo ocultarlas bien,
Él supo comerlas bien.
No aprendí yo,
a también mirarlas sin sentirte.
Se me cortó al medio la ciudad.
Hay calles nombradas por tu bálsamo.
Persianas hay que bailan
con el zigzag de tus labios.
Armo un poco de olvido por las tardes.
Ocho horas justas.
En las que miro mi sustento.
En las que toco lo que me harta.
En que huelo el alma que pasa.
Vivo ese tiempo fuera de vos
y vuelvo a lo negro.
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