Memento Mori
Mi abuela solía decir que “La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja”, nunca supo cuánta razón tenía, pues cuando ella murió, vi como el negro ángel de la muerte vino por su alma.
Fue así, que a sabiendas de que nada importaba y de que eventualmente mi destino sería el mismo, abandoné el rancho que por generaciones había pertenecido a mi familia y salí en busca de la gloría que nunca tuvimos.
A base de plomo y sangre, me hice de una reputación y pronto fui conocido como Javier “Tiro Certero” Murrieta, uno de los bandidos mexicanos más grades del salvaje Oeste, temido e idolatrado por todos los gringos a la vez.
Durante años y a lo largo de mis atracos volví a encontrarme con la muerte, ella aparecía ante mí con cada hombre que mataba y aunque siempre intenté entablar una conversación, la parca nunca me dijo nada, hasta hoy.
Hace poco, mientras dormíamos, un coordinado grupo de Sheriffs y alguaciles se adentró sigilosamente en la guarida de mi banda y mató a todos mis hombres, yo no corrí con tanta suerte.
A mí me han aprendido y encerrado dentro de una jaula, tirada por caballos y rodeado por los cadáveres putrefactos de mis compañeros.
Llevamos horas de trayecto, apenas si resisto el aroma y desde que salimos de mi guarida, la muerte nos ha estado siguiendo sin dejar de recitar las siguientes palabras “Memento Mori, recuerda que morirás”.
Supongo que cuando lleguemos al pueblo, será el fin de mis aventuras.
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