Preferible manera de estar juntos
Cuando nos desconocíamos
íbamos juntos
por la calle de manera casual
a nuestras rutinas
haciendo el caso exacto.
Saludábamos
-cada uno ajeno al otro-
a los mismos conocidos
doblábamos por las mismas esquinas
nos deteníamos un instante
a mirar libros de uso
en la misma vidriera.
Quizás alguna vez
quién sabe tropezábamos.
Siempre hubo, brevemente
un vistazo al reloj de la iglesia
para saber al unísono casi
si llegábamos a tiempo a nuestras oficinas.
Éramos dos desconocidos
Unidos por muchas mismas cosas.
Y nos iba muy bien
hasta que,
un qué tal
echó a perder las cosas.
1 comentario:
Pedro: una gran verdad, hay veces en que sólo el silencio es capaz de darnos cercanías. Un saludo de Laura Beatriz Chiesa.
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