miércoles, 22 de mayo de 2013

Ángel Catalano-Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2013




CHE ¿PARA QUIÉN ESCRIBÍS?

_Vos sabés que cuando el hombre comienza a ver hacia donde va, sueña y aspira cosas –la más deseada es la felicidad- alcanza algunas...
_Ché ¿Para quién escribís?
_Para mí.
_ ¿Cómo para vos, no queres vender?
_Si quisiera debería escribir sobre traiciones, el odio, la guerra, la muerte ¿Creés que no se hacerlo? Es lo más fácil sin embargo no me seduce. Voy por otras veredas o por lo menos lo intento. Procuro adornar los labios con una sonrisa y acariciar a los demás en lo posible, con una palabra alentadora, parece que eso no vende.
_Pero eso es difícil.
_ ¿Que es difícil? Vaya si lo es... a lo mejor soy de los que esconden las penas los dolores, las angustias...la angustia, ese estado horrible que vive proyectado hacia ninguna parte. Impresión causada por un sinnúmero de circunstancias y acompañada de un intenso sufrimiento. Esto, nos hace reflexionar desde nuestra condición de ignaro –que naturalmente nos descalifica- y hablamos por lo que nos parece, no por lo que sabemos y nos atrevemos a insinuar esa medicina que sirve para suavizar la angustia: sonreír, divertirse, reír más y más.
¿Qué hay hechos, sucesos, conflictos, temas que nos superan y nos angustian? ¡Y sí! Quien puede negarlo, empero deben haber muchos caminos para superarlos, a nosotros sólo se nos ocurre este                –probemos-  divertirse, reír...y... ¿De qué? Se preguntarán... ¡De todo! Pensemos, escribamos nuestro propio sainete ¿de donde sacar los personajes? Pues de ahí, de la calle ¡abundan! ¡Todos somos personajes! Algunos más, otros menos, sin embargo nadie se salva.
_ ¿Y el que no escribe?
_ Que lea a “Mafalda”, el reír produce endorfina, dicen, y ese elemento tiene la cualidad de provocar...sobre esto es mejor que le pregunten a alguien que sepa...

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