sábado, 22 de diciembre de 2018

Oscar Vicente Conde/Diciembre de 2018


Los pasos que huyen de la quietud de las sombras
y un latido espeso suspira en las bocas que no saben de besos
el grito que no es de nadie deambulando entre las locuras ajenas
ellos saben pero no lo dicen como un secreto guardado con mil candados
los pasos el latido el grito la locura el secreto
y toda la inmensidad sin dios ni oscuridad
dios es la misma oscuridad
aullando como demonios exorcizados en la pasillos de los templos
la tempestad duerme su eterna furia
ya nadie nombra la muerte como salvación
los suicidas descansan hasta el atardecer

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