¿QUÉ MÁS QUIERO?
Mientras
bajo de Providencia
a
Santiago Viejo,
cargado
de bolsas
como
cuando niño de pantalón corto,
de Charrabata
a Quillota.
en
góndolas desvencijadas,
ahora
con este poema
revolucionando
mi mente.
¿Qué más
quiero?
Tengo mi
sartén de cowboy
para
huevos revueltos
y mi
cafetera lista para mis
albas,
mañanas, tardes y noches.
...y la
piel morocha de tanto café.
Tengo mi
capote para la lluvia, viento o nieve.
Tabaco y
pipa,
libros
que leer y escribir,
árboles
y plantados,
dos
hijos milagrosos.
Un
jergón para dormir mis años,
pan,
techo y abrigo en mi cuchitril.
Mi feliz
desierto, oasis y silencio
o mi
música de boleros y festivales clásicos,
con
polonesas de Chopin
y el Mediterráneo
de Serrat.
¿Qué más
quiero?
Lápices
plumones y papel,
corazón,
mente y manos
para
escribir versos y oraciones
en cualquier
lugar.
Mis
plantas, regalos de mis amigos,
pan
tostado con mantequilla
entre
comidas.
¿Qué más
quiero?
Aguas
calientes benditas,
bálsamo
para el frío del invierno,
zapatos
helados para usar en los veranos.
¿Qué más
quiero?
¿Un
teléfono celular
para que
se me hagan agua
los
dedos digitando llamadas?
¿Ojos
que a veces sólo sirven
para
llorar?
¿Qué más
quiero?
Un
rincón en el paraíso
para
descansar
con gozo
y recogimiento,
más
eterno que el Polo Sur,
más
duradero que la nieve andina,
en el
regazo de Jesús
o dentro
de su corazón.
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