lunes, 23 de mayo de 2011

Héctor Labonia-Miramar, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2011

Y TE PLENARÁ

No te escondas del amor.
        Ni te lo niegues...
       No hay trinchera
para esconderte,
            ni mundo
      para evadirlo.
Llegará...
         Se aposentará
  en tu corazón
          y te llenará
de gozo inenarrable.
  Bendecirás su llegada.
         Y te plenará,
     como mujer y hembra.

Liliana Leonor Trujillo-Cubana, reside en Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2011


Sujeta al destiempo.
Angosta en la vehemencia.
Prendida al exterminio de tribus
Que adoran la Gioconda.
A expensas de quedar desnuda
En cuadros de Delvaux.
Antigua y con Borges,
Tan sexy como alguna
Vez lo quiso mi memoria.
En celibato, en cero, con Cervantes.
Y un diario de seductores bipolares
Que todo y nada quieren.
Todo,
Más que todo.

Nemesio Martín Román- Arias, Provincia de Córdoba, Argentina/Abril de 2011

Nuestra Esperanza


     (Balada)

Este mundo moderno,        
sin compasión, ataca.           
Desprecia las virtudes          
que anidan en el alma.          
Lo guía la ambición,         
ya no le importa nada.          

Me indignan los corruptos,   
los "Judas vendepatrias";      
lobos con piel de oveja,       
diezmando la majada.          
¡Que cambien de estrategia!
El pueblo no se engaña.       

Estribillo

Me duele, mi Argentina,
todo lo que nos pasa.
Millones de indigentes;
sin pan, trabajo y casa,
han sido proclamados
los "reyes" de la nada.
¡Argentina, me duele
todo lo que nos pasa!

Recitado

Me dolió cuando un día
a nuestra enseña patria,
la arriara en las Malvinas,
ciega ambición pirata.

Me dolió que en Bolivia,
para aplastar su causa,
ultimaran vilmente
a Ernesto "Che" Guevara.

Me dolió Favaloro,
Corazón, ciencia y alma,
con la mirada limpia,
con la sonrisa franca,
cuando gritó angustiado,
"ya no tengo esperanza".





II

Llegó la primavera,       
florece la esperanza;       
se ilumina la vida,           
con renovada savia.      
Futuro venturoso,         
sonrisas del mañana.     

Ya sabes, patria mía,     
cada vez que haga falta; 
al amparo divino          
de la celeste y blanca,   
estaremos tus hijos        
luchando por tu causa.   

Estribillo



Ganador  “Tema inédito” en el  “Tercer Festival Nacional Ballet,  Malambo y Canto, Cosquín 2006”, el día 4 de febrero de ese año. Letra y partitura.
(Pese a ser de Cosquín, se realizó en Santa Maria de Punilla.)

Román Méndez-Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2011


CONEXIÓN

Quizás sea posible
Que en este preciso instante
En un lugar que, cercano o lejano, me es ajeno
Una mujer esté pensando
Que quizá sea posible
Que en este preciso instante
En un lugar que, cercano o lejano, le es ajeno
Viva un hombre que la está pensando

2º PREMIO  1º CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESÍA EDICIONES LITERARTE

Susana Osti/Mayo de 2011

LA GRUTA AZUL

     Bellísimo paisaje, camino que serpentea entre la montaña y el mar rotundo, imponente.  Aguas cristalinas, turquesas,  los esperan.
     Arriban al puerto, plagado de gente alegre, envueltas en ropajes de múltiples colores,  los olores del mar que se mezclan con los olores de los barcitos volcados hacia la costa.
     Abordan un  vaporeto que los lleva a recorrer la isla en toda su inmensidad. Se sitúan en la parte trasera para ver la espuma que el vapor genera al poner en marcha sus motores. El sol les da en la cara , en el cuerpo, los hace sudar.
     De a poco el puerto va alejándose  y  se hace cada vez más pequeño, minúsculo, ínfimo…… hasta desaparecer.
     El recorrido es extraordinario, buques de gran calado están como reposando sobre el agua,  esperando que los visitantes los admiren.
     Toda la vida es de ellos, sus ojos comparten las mismas imágenes, los mismos colores, sus cuerpos tiemblan de emoción por lo que ven y por sentirse embriagados de amor.
      Por momentos creen sentirse solos en aquella inmensidad, celeste en las alturas, celeste a sus pies. La isla se dibuja en sinuosas formas, túneles, pasajes e imágenes generadas por la mente y  la ayuda de un astuto guía.
     Las enormes mansiones recortadas entre las rocas,  parecen diminutas desde el agua y muestran solo una parte de su íntima vida, solo para permitir que la imaginación vuele y genere la ilusión de existencias fantásticas en su interior.
     Una gruta verde se ve a lo lejos, se acercan a ella lentamente y perciben el color esmeralda que el agua adquiere en contraste con la roca cubierta de laminosas algas. Algunos se atreven y saltan del barco para probar en sus cuerpos el golpeteo del agua y para refrescarse del día excesivamente cálido.
     Avanzan lentamente para mejor satisfacer los sentidos y llenarse los ojos de tanta inmensidad rodeada de mar. Cuerpos ardiendo al sol, arenas claras, olores intensos.
     Llegan a una abertura muy pequeña abierta en la roca. Logran situarse ambos en un bote estrecho, con un remero alegre que los lleva dentro, no sin antes acostarse en el fondo para que sus cabezas no toquen su techo.    
      Ingresan a una oscuridad inmensa, los ojos no pueden adaptarse a tamaña penumbra,  algo se logra distinguir luego de algunos segundos, una gruta profunda de altos techos, que casi provoca turbación, pero inmediatamente el remero les pide que giren sus cabezas hacia la entrada de la gruta…………magnífica sensación, magnífica fotografía que parece preparada para el turista.  La vista, la mente no alcanzan a creer lo que ven, un enorme suspiro, largo, profundo sale de sus gargantas. 
      El agua parece iluminada desde el fondo del mar por un foco gigantesco que la hace de un azul intenso. El alegre remero comienza a cantar, en su propia lengua, una canción de amor con todas sus fuerzas, o así les pareció a ellos, ya que la enorme profundidad de la gruta otorga un sonido verdaderamente atronador.
     Salen de la gruta azul extasiados, una enorme sonrisa está adherida a sus caras frescas, están felices, mareados, todo en una misma sensación.
      El vaporeto los devuelve al puerto.  Recorren la isla, toman helado de frutas que se les chorrea por la comisura de sus labios, se prueban ropas multicolores en todas las tiendas, compran sombreros de paja. Ríen porque están radiantes, ríen porque son jóvenes y están rodeados de belleza.
      Corren hasta caer rendidos en la verde grama, agitados, jadeantes, sus mejillas sonrojadas. Entre los pastos y las flores de múltiples tonalidades,  las sensaciones percibidas hacen que sus cuerpos se desborden. Sus cabellos revueltos, sus cuerpos sudorosos. Giran uno sobre el otro, pegando sus cuerpos hasta sentirlos uno solo. La pasión surge en ellos espontáneamente, el bramido del mar aflora en cada caricia, en cada abrazo. El calor que acumularon explota en besos que recorren cada centímetro de sus cuerpos,  mientras el sol los ilumina y hace relucir sus teces.
       Son brutalmente conscientes de sí mismos, se miran, se regodean observando el cuerpo del otro, sus rincones más íntimos, sus hendiduras, sus zonas ciegas a toda razón que responden a cada estímulo.
      Ella usa sus manos para mostrarle a él el camino hacia su interior, abre sus pliegues para que él vea y sienta el rosado intenso de su más próxima profundidad. Él explota de deseo y luce radiante para que ella satisfaga sus placeres aún más allá de sus propias fantasías.
      Así como en la gruta,  él entra en el cuerpo femenino sintiendo la misma sensación de deleite, de locura, de placer. Ella, al igual que el remero, lanza un grito desgarrador que suena a música para los oídos de él.
       Profundamente, cegadoramente, de un azul profundo. Ambos iluminados por el reflejo del amor.


Patricia O. (Patokata)-Uruguay/Mayo de 2011


MAGIA EN EL BOSQUE

No es necesario una bola de cristal para ver los espíritus en torno a él; siempre ha tenido la facilidad para atraer lo extraño y misterioso y es que así es su mundo…un verdadera misterio…
Nadie sabe su edad, ni siquiera de donde viene, a lo sumo tendrá unos 60 años aunque su porte juvenil da lugar a dudas.
Es costumbre verlo caminar por el sendero que va al bosque, siempre elegante y con su sombrero de copa, moviendo lentamente pero con energía el bastón.
Dicen quienes lo ven entrar al sendero que parece que los árboles se inclinaran como saludándolo, incluso que las hojas sueltas forman remolinos en torno a él como dándole la bienvenida.
Sus incursiones por el bosque a veces duran horas; debido a su extraña forma de ser muchos aldeanos le tienen miedo y es que aveces es mucho más fácil temer que dejarse llevar por la curiosidad.
Pero, aún así, un día un par de pilluelos decidieron hacerle caso a esa curiosidad que los embargaba y, aunque con miedo, lo siguieron.
Tratando de no ser vistos fueron tras él, escondiéndose tras los troncos de los árboles que el misterioso personaje iba dejando tras sus pasos.
Fue realmente asombroso para ellos descubrir que ése ser tan enigmático tenía no sólo el don de atraer a los árboles y juguetear con las hojas sino que todos los animalitos del bosque comenzaban a seguirlo.
Asombrados vieron como los pajarillos se apoyaban en sus hombros y él parecía hablarles, cuanto más se adentraban en el bosque notaban que más joven se veía.
Realmente era así…no sólo rejuvenecía sino que su elegante traje se transformaba en una túnica blanca y su sombrero de copa y su elegante bastón desaparecían.
Al llegar a un claro se detuvieron, tratando siempre de no ser vistos pudieron observar que el hombre extendía los brazos al aire y decía unas extrañas palabras al tiempo que los vientos remolinaban en torno a él y extrañas figuras comenzaban a aparecer por los aires.
Hasta aquí la curiosidad de los chiquillos ya que el temor pudo más y sin pensarlo dos veces huyeron despavoridos del lugar, de haberse quedado habrían descubierto que el misterioso personaje no era otro que un mago blanco.
Para cuando regresó de su paseo ya todo el pueblo sabía lo que habían visto los chicos y todos murmuraban a su paso, él sólo sonreía…

Siempre estuvo al tanto de que era seguido y sabía que en el fondo nadie entendería…

Marta Díaz Petenatti-Zona Rural de la Provincia de Santa Fe, Argentina/Abril de 2011

ERES AMOR

Te espero con las ansias que me da la amplitud de mis pensamientos y la vorágine de mis deseos; con la fuerza que avasalla  y  la calidez de mi piel la transforma en leños ardientes y crepitantes; con el sofocante latido de este corazón que no deja de golpear en el pecho cuando sabe de tu llegada.
Y cuando llegas me transformo en reina, princesa, sirena, pordiosera, y en todo aquello que tu esencia logra de mí, y sin quererlo comienzo a florecer.
Florecen mis manos al tocarte, mi boca al rozar tus labios, y mis ojos enceguecen ante la claridad  de tu presencia.
Porque eres luz, brisa, lluvia, sol, amaneceres, campanas tañendo, aroma de pinos, reir de jilgueros.
Eres viento y calma, sol y luna.
Eres milagro, eres amor.

Antonio Cristóbal Pourrere-Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2011

 LUGARES  INTERIORES

Son lugares lejanos, recónditos del alma.
En la mirada crece la poesía
                                   y viaja la palabra,
y ya no se adormece
                              por deseos perdidos,
alboradas sin sueños.
Una infinita certeza de la lástima
danza veladamente su misterio olvidado.
Abarrotan precarias las voces escondidas,
íconos destellantes
     que indagan sobre un tiempo añorado.
Dramatiza la historia
en el registro natural del hombre:
su profunda inquietud,
                   su éxtasis de abandono.
Conspira de belleza y de nostalgia,
arremete de furia y egoísmo.
Ciega, se precipita en la sordera,
clama hacia la distancia
sin saber que el silencio
ya recibió su nombre.