miércoles, 16 de enero de 2013

Santiago Espel-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2013

Poesía & Ajedrez


La poesía es como el ajedrez. Hasta cierto
número de movimientos, de combinaciones
o variantes, aplicamos la lógica del oficio,
sabiendo que el otro sabe de qué hablamos,
qué hacemos y por qué lo hacemos, y por
eso responde en consecuencia, dentro de una
lógica previsible. Llegará un momento
entonces en que deberemos quebrar esa
armonía en la contienda, y la forma de
lograrlo es con un movimiento inesperado,
fuera de las convenciones, una apuesta
que no sólo desconcierte a nuestro oponente
(el lector es siempre un oponente potencial)
sino, principalmente, a nosotros mismos.
Esa jugada, esa apuesta que propone
una ruptura dentro de un esquema seguro,
es lo que termina fijando el límite entre los
 jugadores aplicados y los verdaderos genios.

1 comentario:

betty badaui dijo...

Santiago, me encantó esa comparación entre la poesía y el ajedrez. El final lo dice todo.
Un abrazo
Betty