sábado, 19 de diciembre de 2015

Javier Claure/Diciembre de 2015








ADIÓS

Adiós
porque eres una rueda melancólica
una agonía despuntando en la vía férrea
todo es adiós
el futuro es adiós
la comida es adiós
Adiós
entre otros miles de adioses
que dividen el bien del mal
hasta llegar a nuevos horizontes
donde la lluvia no es lluvia
y el portón se cerró con plomo fundido
Adiós
con esta mirada de águila
con este bolígrafo hecho cuaderno
porque no conocen el vocablo perdón
a decir, entonces, desde la lejanía
otra movida es la pieza clave
Adiós
a ese cuerpo llorón y solitario
que se acuchilla en las venas
por su pecado a flor de piel
y por sus trémulos huesos
que crecen al revés
Adiós
a la tarde estremecida
entre mantillas y crespones
porque es traicionera como Dalila
o como ese payaso
que quiso ser más que payaso
Adiós
al tenebroso silencio de las macetas
al pez que salta y se cree Tarzán
porque ahora después del adiós
el secreto se desvela como mercurio
para decir:
Adiós
porque llegaste a este mundo
con todas las maldades juntas
con cara de túnel pasaste los años
y te fuiste
con tu catafalco mal armado.


                                       Del poemario "Réquiem por un mundo desfallecido", publicado en Estocolmo en diciembre de 2014.

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