TAN MISTERIOSA COMO EL SÁNDALO
“La tarde es una inmensa gota gris/
de un licor imposible que sobrepasó el ámbar/.”
Idea Vilariño
IV
Este poema es un hospital abierto
para todas las demencias.
Guitarras embrujadas para mi velorio,
lloronas vestidas de negro derraman su llanto
al compás de la campana siniestra.
Ahí los puedo ver:
a los colores irrecuperables del atardecer,
porque estamos hechos de pasiones
que nos arrastran por un río o por un sueño.
Este poema intentará que se evaporen
hacia el éter las penas,
desde un lívido sueño donde duerme el huracán.
Deambulo por la húmeda oquedad
de los milenarios templos paganos
en los que estallan las flores de mi mente.
He visto el ocaso más glorioso que un tesoro,
una nota quejosa se desliza por mis ojos
con yodo y hechicería
porque este poema escucha la voz de la tumba
que comprende al poeta.
Es el viento del miedo el que sopla en la noche,
mientras intento dormir en la penumbra
de los candelabros azules.
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